18 de junio de 2006

MEDITACIONES GERENCIALES escrito por Manuel Barroso

Estoy comenzando la lectura del libro MEDITACIONES GERENCIALES escrito por Manuel Barroso y desde el principio me he quedado amarrado.

Comparto algunos pensamientos que me gustaron:

“Si no estás abriendo nuevos caminos, adquiriendo nuevos conocimientos, estás arriesgando quedar atrapado en tu propio éxito”

“Lo que es peligroso es perder de vista la visión de la vida propia y la importancia del crecimiento personal como imperativo, algo que permite darle a la vida un sentido y una dirección.”

“Quizás la razón más importante de los altos costos y de los desperdicios en las empresas, son las incongruencias e incompetencias personales de quienes las manejan.”

“Haber tenido demasiados logros, sin haber cultivado la intimidad, sin una clara conciencia de si, es condenarse a terminar con las manos vacías.”

11 de junio de 2006

El jefe ideal, según usted

Comparto con Ustedes este artículo publicado en la versión mexicana de la revista Entrepreneur.

http://www.soyentrepreneur.com/pagina.hts?N=15194

Mayo 2006

El jefe ideal, según usted

Lo invitamos a reflexionar sobre los aspectos que debe cumplir un jefe con liderazgo

Adriana Bandera* y Roberto James**

Puede ser el dueño de su negocio, pretender serlo un día, o bien estar a la cabeza de un departamento o equipo dentro de la empresa para la que trabaja. Cualquiera que sea su caso, lo invitamos a reflexionar sobre los aspectos que debe cumplir un jefe con liderazgo.

En este análisis está plasmada la opinión de 1422 visitantes de nuestro sitio en Internet, quienes respondieron el sondeo que realizamos en torno a los rasgos positivos y negativos que presentan algunos jefes o líderes de equipo. Con esto buscamos dibujar, con la participación de una parte de los lectores de Entrepreneur, el perfil de un jefe respetable --para no caer en maniqueísmos entre el bueno y el malo--, que pueda servir de guía a todos aquellos emprendedores que busquen ser la cabeza de su propia empresa. Y para quienes ya dirigen un equipo, este estudio resultará útil para hacer una autoevaluación que les permita detectar algunos malos hábitos e incluir algunas actitudes que conduzcan a su empresa a un mayor crecimiento y competitividad.

De acuerdo con los resultados del sondeo, en el que planteamos cinco cuestionamientos distintos, nuestros expertos se enfocaron en las tres posiciones dominantes de las respuestas para su interpretación.

El comunicador

Resulta interesante que al responder a la primera pregunta, los encuestados seleccionaron los tres peores rasgos que puede tener un jefe. Las opciones que obtuvieron mayor porcentaje fueron: que a los jefes sólo les interesa su bienestar, sin importar lo que sienten y piensan sus colaboradores; que no asumen responsabilidad y tienden a culpar a los demás, y generalmente tienden a bloquear a sus subalternos más talentosos para no poner en riesgo su puesto.

Estas respuestas revelan que los rasgos más penados de los jefes están relacionados con su propio bienestar y estabilidad dentro del trabajo. Los jefes son capaces de mentir y culpar a otros con tal de mantener estabilidad y seguridad en la compañía. Para los encuestados, a los jefes no les importa a veces sacrificar a sus colaboradores, sin darse cuenta de que para poder escalar niveles dentro de la organización deben apoyar a sus subalternos en lugar de bloquearlos, ya que de esta forma el equipo, e incluso el mismo jefe, tendrá oportunidad de sobresalir y cumplir con los objetivos propuestos.

La gran mayoría de los jefes son percibidos como personas con una gran insensibilidad y muy poca seguridad en sí mismos. En su actitud y trato hacia los subordinados dejan de lado la parte humana, centrándose aparentemente sólo en la parte cuantitativa que puedan generar sus colaboradores.

Un jefe respetable conoce a cada uno de sus trabajadores, sabe escuchar, cuando es necesario, asuntos que van más allá del trabajo para enterarse de sus necesidades personales; tiene la humildad de reconocer los propios errores y resarcirlos. Y, por supuesto, se rodea de personas capaces y con potencial; esto no sólo le permite lograr un mayor desarrollo personal, sino que contribuye al crecimiento de la empresa.

El concentrador, motivador y atento

Ahora, respecto a las tres características que son más valoradas en un jefe, los encuestados eligieron: el poder de convocatoria y convencimiento que puede tener el jefe en el equipo para ir en una misma dirección; que los jefes deben reconocer en público y privado el trabajo bien hecho, y la tercera opción es que los empleados gustan de jefes que logran mantener la calma aún bajo presión y momentos de crisis.

La primera respuesta, definitivamente, tiene que ver con liderazgo y comunicación. Lo que buscan los empleados es tener un jefe que sea congruente tanto en actos como en ideas y que comparta estas con su equipo de trabajo, con el objetivo de lograr las metas de la empresa. Esto no se gana de manera fácil, finalmente siempre debe existir una pizca de carisma para poder lograr la convocatoria.

En la siguiente opción, los empleados buscan el reconocimiento de lo que han realizado, quieren ser parte de los "aplausos" que en muchas ocasiones no llegan hasta ellos (as) porque los jefes olvidan hacer públicas las felicitaciones que recibe el equipo. Todos queremos tener al jefe que nos tome en cuenta, que reconozca nuestros aciertos, pero que también tenga todos los asuntos bajo control. Es decir, los empleados prefieren a jefes que demuestren madurez y control ante diversas situaciones, especialmente ante los problemas que puedan tener dentro de la compañía. Un jefe que controla las situaciones y sus reacciones en momentos de crisis, tendrá mayor capacidad de respuesta para dar soluciones.

Aún bajo presión, en la medida en que el jefe se altere, grite, dé golpes en la mesa o sea agresivo, la productividad disminuirá y es muy fácil llevar a la gente que depende de nosotros a su más alto nivel de incompetencia.

Un jefe respetable busca tener una muy buena comunicación con las personas a su cargo, empleados o subalternos, transmitiéndoles sus conocimientos o simplemente poniéndolos al día de los asuntos de la compañía y del área. Motiva a su personal, reconociendo su trabajo, primero en privado y posteriormente en la primer junta, en público, o simplemente con un correo, llamada telefónica o al momento de tener el resultado o logro. Aunque esté bajo presión, este jefe no confunde el desahogo con la falta de respeto hacia sus trabajadores y no abusa de su autoridad, ni se siente con el derecho de gritar, asustar y agredir de forma verbal.

La tercera pregunta de la encuesta es muy interesante y aún más la respuesta: los empleados están dispuestos a trabajar más horas al día con tal de tener al "mejor" jefe.

Queda claro que esta opción no está relacionada con un sueldo menor ni con dejar de percibir determinadas prestaciones. Sin embargo, podemos decir que a las personas, en un buen ambiente de trabajo, con buenas relaciones con jefes y compañeros, no les importaría quedarse más tiempo en la oficina.

Un jefe de respeto estimula al equipo para que termine sus actividades dentro de las horas establecidas, en medio de un clima agradable de respeto y cordialidad.

El receptivo y negociador

Finalmente, la mayoría de los mexicanos piensan que estamos liderados por malos jefes y que ser un buen jefe se aprende mediante la práctica y no con títulos profesionales. Esta inclinación hacia la parte negativa de la figura del jefe es un foco rojo. La respuesta refleja que existe una falta de admiración y respeto profesional de muchos empleados por sus jefes, y hay que preguntarse las razones.

Como jefes tenemos la obligación de analizar los factores que motivan estas respuestas para mejorar el perfil de los líderes que encabezan a las empresas en nuestro país. Aunque parezca difícil, el ejercicio de oír lo que piensan sus trabajadores es muy útil para el crecimiento profesional de cualquier jefe, además de que su personal se sentirá reconocido y con la libertad y apertura para recurrir a usted. Esta táctica seguramente permitirá a las empresas de todas las tallas ser más competitivas.

En conclusión, nadie nos enseña a ser jefes, sin embargo, hoy contamos con una vasta información, cursos y apoyos en consultoría que pueden ayudarnos a reconocer nuestras competencias, así como a detectar y trabajar las áreas que nos están fallando para asumir el compromiso, obligación y responsabilidad que implica ser jefes.

El jefe respetable se atreve a preguntarle a sus empleados o subordinados lo que opinan sobre su desempeño y qué es lo que, consideran, debería modificar. Propicia un ambiente adecuado, de apertura, se muestra receptivo y trata de tener la mente muy abierta. Si no tiene las herramientas para practicar esta retroalimentación, un jefe respetable acude a los expertos en Recursos Humanos, o bien, en coaching, metodología que en corto tiempo ayuda a descubrir y desarrollar aquellas habilidades para ser un mejor jefe.

El empleado respetable

Y una última reflexión, si como empleados o subordinados pensamos que nuestros jefes son malos, ¿por qué no hacemos algo para cambiarlo? Nosotros también tenemos una parte de responsabilidad cuando nos dirigen jefes no respetables, pero quizá no queramos arriesgar la comodidad de nuestro puesto.

El empleado o subordinado respetable, para tener un jefe que inspire admiración, deberá apegarse a la sinceridad y hablar con la verdad, basándose en el respeto. El resultado será su crecimiento profesional y una mejor comunicación con los superiores y compañeros al interior de su ámbito de trabajo.

*Search & Asociados/Socia Certified Personal & Executive Coach.

**Director de la Incubadora de Empresas del Tecnológico de Monterrey-Campus Toluca.